Indira Flamenco


NACIO EN LA CEIBA ATLANTIDA,ES LICENCIADA EN LETRAS CON ORIENTACION EL LITERATURA Y PASANTE DE LA MAESTRIA EN LITERATURA CENTROAMERICANA.

CONSTRUCTORA DE VERSOS Y DE MULTIPLES UTOPIAS EN LOS CUALES SE BUSCA LA EQUIDAD , LA CONFIGURACION CULTURAL Y LA JUSTICIA. HA ORGANIZADO EVENTOS A NIVEL NACIONAL COMO: ENCUENTRO DE ESCRITORES, HA PROMOVIDO RECONOCIMIENTOS A LOS POETAS: POMPEYO DEL VALLE, OSCAR ACOSTA Y JOSE ADAN CASTELAR.

ORGANIZO LA PRESENTACION DE LA OBRA:LANIGUI MUA, DANZA CON LAS ALMAS DE RAFAEL MURILLO SELVA EN DIVERSOS CENTROS DE SAN PEDRO SULA; HA EJECUTADO FOROS SOBRE LA PROBLEMÁTICA ETNICA DEL PAIS, SOBRE LA CORRUPCION , PROBLEMÁTICA CULTURAL EN HONDURAS, PERSPECTIVAS POLITICAS DE LA ACTUAL GESTION MUNICIPAL, PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL DESARROLLO CULTURAL DE LA NACION, PROBLEMÁTICA DE LA COMUNIDAD AFRO CARIBEÑA EN HONDURAS, MUESTRA DE FOTOGRAFIA SOBRE LA NIÑEZ HONDUREÑA, ENTRE OTROS.

SUS POEMAS HAN SIDO RECOPILADOS EN LAS OBRAS: LA PALABRA ILUMINADA DE HELEN UMAÑA, HONDURAS MUJER Y POESIA, DE ADA LUZ PINEDA, HISTORIA CENTROAMERICANA DE LA DRA. MAGDA ZAVALA Y OTRAS PUBLICACIONES DIVERSAS.

ACTUALMENTE LABORA COMO CATEDRATICA DE LITERATURA Y ORATORIA DE LA EIS, Y CONSULTORA SOBRE LA UNIDAD EDUCATIVA DEL PROYECTO ARQUEOLOGICO CURRUSTE.

En este mes de JUNIO sale del proceso de imprenta, su segundo poemario: EL AZOTE DE LA LUNA

Mujeres en resistencia, un ejemplo de valentía en Honduras

En muchas ocasiones se ha etiquetado a las mujeres como los seres más sentimentales y endebles de la sociedad; equívocamente se nos asocia con iconografía del hogar, con la pasividad extrema y en forma indignante, con la semiología comercial; por consiguiente, es muy habitual, que sean los cuerpos extravagantes de las féminas, los que publiciten cualquier cantidad de artículos.

Este paradigma de segregación, ha cambiado radicalmente con el golpe de estado en Honduras, a partir de ese fatídico 28 de junio; han sido justamente las mujeres, las protagonistas de diversas acciones para contrarrestar el ultraje al orden constitucional y la violación de los derechos del pueblo.

Las mujeres han estado día tras día en la calle, gritando consignas, soportando toletazos, insultos y en casos extremos hasta violaciones por parte del cuerpo militar-opresor.

No las ha detenido el sol, la lluvia, las tanquetas y el salvajismo, las amenazas de los jefes, los despidos, las humillaciones, la economía de subsistencia, las enfermedades, el dolor ni las lagrimas…por el contrario, han irrumpido con fuerza descomunal, con su puño en alto, sonando sus manos, alzando nuestra mejor arma: la voz y la esperanza.

Este lunes, 25 de enero, Día de la Mujer Hondureña, se reviste de una trascendencia sin precedente, porque ahora nos une, algo más que el vínculo del género, nos une, la lucha consecuente por edificar una patria basada en la equidad y la justicia, donde, nunca más, un grupúsculo de poderosos, se invente una avalancha de terror para soterrar nuestros ideales, los ideales de todo este pueblo, que grita desde la vastedad hasta el silencio: Resistencia.

Sin ninguna duda, seguimos siendo las hilvanadoras de palabras nuevas, las constructoras de sonrisas, las que podemos derribar las nubes con el alma, porque somos patria, somos las campesinas, las empresarias, las feministas en resistencia que desafiaron a los gorilas apostados en el INAM, somos umálali garífuna personificada en Miriam Miranda y la bravura de OFRANEH somos las maracas lencas sacudidas por las manos de la emancipación en Bertha Cáceres, somos la palabra iluminada y multiplicada de Helen Umaña, somos la entereza y el amor incorruptible de Xiomara Castro de Zelaya y su hija, la popular Pichu; somos las maestras heroínas de esta lucha sin final, somos el lienzo de humanidad de Bertha Oliva, la poesía compartida de la Asociación Nacional de Escritoras de Honduras, somos las intelectuales silenciosas pero no silenciadas, somos los pulmones mutilados de Wendy Ávila, quien murió como consecuencia de los gases lacrimógenos arrojados por los opresores, somos el relato doloroso de Sor Reina del Carmen, mujer golpeadas salvajemente por la jauría de militares, somos el grito ensordecedor de Sara Elisa Rosales, la piedra lanzada por la Tía Rosa y sus compañeras de lucha del SITRAINA, mientras corrían escapando de los tentáculos de la inmundicia golpista; también somos, la tristeza de Rachel ante la impotencia e intimidación provocada por las armas, somos la nueva socidad que propugna Leticia Salomón, somos todas, mujer, hombre y pueblo.

Somos mi madre, mi hija, yo y todos mis ancestros.

Y como dice, Juana Pavón (mujer de toda una vida en resistencia): “ Somos las que estamos paradas en el tiempo, y latimos...latimos...latimos! somos río, mar, jungla, ¡somos patria! “.

¡VIVAN LAS MUJERES EN RESISTENCIA DE ESTA PATRIA QUE NOS COBIJA!

OPINION DE LIBRO critico : Fausto Leonardo Henríquez

Llibro de poesía de Indira Flamenco “Cuando las Rocas Fecundan el Llanto” (Ed. Capiro, 2000).
Persiste una constante en el poemario que nos ocupa en esta líneas. Se trata de una fuerte influencia de la tradición literaria de la poesía social o, lo que es igual, poesía comprometida: “Yo he sido la coleccionista de dolores ajenos... La que observa la justicia / desvaciada en el graffiti / de una calle cualquiera” (ver Ancestros y otros rubros, En la esquina común, Herencia para mis ojos).
A medida que el poemario progresa se tiene la certeza de que la autora, prendida de la tradición poética de Roberto Sosa, Saravia, Marco Tulio del Arca, etc., ha configurado su propio decir en un tipo de creación que, técnicamente, puede llamarse Poesía Cotidiana o Poesía de la Experiencia.
La Poesía de la Experiencia es una poesía que refleja la vida diaria. Ésta se plantea con un lenguaje fluido y sencillo las vivencias comunes de todos los seres humanos: el amor, el odio, la rutina, los placeres, el trabajo, etc.
Para el caso veamos el pasaje siguiente: “Hemos andado, papá, / caminando sobre la misma línea, / buscando una casa justa / para abrigar nuestras ideas” (Soledad.com).
La Poesía Cotidiana es el espejo de las sociedades industriales y con despuntes postmonernistas. Pero en el fondo, así como es vacía la sociedad industrial, es superficial su producto.
Si generalizamos, se puede decir que la obra que surte de una sociedad vaciada de valores, salvo en casos especiales, es un testimonio de su misma vacuidad, el desgarro de la vida desasida de trascendencia (ver Multitud en riesgo).
En la tercera parte disminuye el esfuerzo creativo e imaginativo de Flamenco. Se ha dejado llevar más por el brío impetuoso de su verbo descarnado que por el genio inteletual: “Quisiera exorcizar un ejército de falos”. “Nadie más cabe / en este hueco, en el que sutilmente –el miedo- te ha orinado”.
Hay, como he afirmado, brío, encabritamiento y una sobrevaloración del yo femenino: “Nunca amé a nadie que no fuera yo misma” (pág. 50). En la proporción de su egocentrismo desencadena la furia de su verbo para derrocar al sexo opuesto: “El grafema hombre se volvió virus en la computadora de mis sueños” (idem).
Una nota fundamental en esta obra de Flamenco es la utilización deliberada de la poesía como medio de reivindicación en el escenario social –y literario- para exigir su espacio como mujer: “Lo muestra. / Es macho. / Se esconde... Teme a la estatura de la mujer” (pág. 53). “Vos, hombre de plantaciones desiertas. / Movimiento extraviado en mi cama” (pág. 57) . “Te nombraba hombre / y no percibía la hediondez / de tu mirada” (pág. 58). Indira no perderá el espacio ganado a la sociedad y su autoestima está tan alta y tan elevada su furia que sólo bajará “cuando las rocas fecunden el llanto”.
Para concluir debo decir que la obra de Indira Flamenco revela que ella, si cuidara el arte del bello decir, la estética, tiene un gran potencial. Hay en su libro aciertos y desaciertos. El hilo conductor es el mismo desde el principio al fin, tenso unas veces y flojo en otras. Al ser la primera producción de Indira cabe resaltar que pone en peligro su propio decir poético al restarle estética y profundidad a sus versos. Tal vez deba decirle que la poesía es el arte del bien decir, el arte de armonizar las más bellas emociones con un lenguaje límpido y sin manchas.
No obstante lo dicho, Indira ha sido valiente para publicar un libro como el suyo en un mundo hostil. Eso es un mérito. La tarea es ardua, el trabajo de refinamiento a penas empieza. “Cuando las Rocas Fecunden el Llanto” es un libro para leer, estremecidos en el silencio y, al mismo tiempo, para aguardar la madurez humanista y poética de su autora.

Indira Flamenco - Honduras

Agazapados en complicidad con la inmundicia
Se retuercen los golpistas,
Con palabras desteñidas y la justicia ultrajada
Abren sus fauces de dinosaurio hambriento
Para desfigurar el pueblo a dentelladas,
Construyen cercos de represión
y contemplan desde su juego mediático
el grito ensordecedor de los humildes....
Encierran el sol en sus casas blindadas
Cercenan la verdad y la visten con su andamiaje de calumnias
Con el espejismo de engañarnos.
Sin embargo,
A pesar de la lluvia matutina, de las golpizas callejeras
Yla avanzada de terror de los secuaces,
El pueblo no sucumbe,
En marchas titánicas hilvanan la esperanza
Denuncian con ahínco la injusticia
Levantan antorchas de dignidad perdida
y lanzan palabras de fuego
a los enemigos de la patria.

Paisaje

No hay árboles aquí

La pobreza (insensata ocupante)

De un bocadazo

Ha perpetrado las calles

Y las huellas de esperanza

Que en ella sosegaban.

No somos mas que un paisaje donde las hojas

Sobrevuelan sus tumbas.

III. Mi cuento favorito

Travesía

En el Dabúyabau aquel

Las hamacas se han ido,

Los muchachos

Sin más nombre que su color

Lo observan de largo

Como indagando

La verdad tras el silencio

que reina absoluto

Frente a la arena.

Los tambores callan

Y platican sobre la muerte

Como un fantasma invencible

Que les ha sometido,

Las ofrendas han mermado

El murmullo, el escándalo compartido,

Se advierte escurridizo,

Las mejores risas

Son frágiles muecas

Remembrando los días aquellos

En los cuales Travesía

Era un bostezo

Reposado sobre las aguas.

El Indio Bárbaro en Diciembre

No irrumpe la plática en familia,

Ahora, dormita las borracheras ,

En cualquier esquina de un relato anónimo

El Maipol esconde las cintas multicolores

Y rasga el cielo con lamentos,

Mientras tanto,

Los políticos siguen llegando

Con sus banderas gastadas

Con sus brigadas de mensajes presumidos…

¿Cómo es que el búyei de la aldea no sopla con fuerza su maraca

Para que exploten en mil pedazos las mentiras?



El altar frente al espejo

Si vivieras, mi señor Kinich

Si transitaras por las calles

De esta patria tuya, nuestra,

Un llanto hueco moriría en tu garganta.

Si volvieras

Fundador Kuk Mo

En el hálito de un chamán verdadero

Tus ojos de infinito llorarían.

Decapitarías, yo lo sé,

A todos los ladrones de saco importado

Que se sientan como reyes del Hol Pop

Para acuchillar lentamente a nuestro pueblo.




Tegucigalpa todos los días

No se cuantos niños lloraron aquella noche

Mientras una mujer-mundo perdía sus piernas

y la luna caminaba en puntillas

Examinando nuestros pesares.

Aquí nada sorprende

la parturienta ensangrentada

el marero acuchillado

el ojo fuera de órbita

De un trabajador sin seguro,

Ni el romance de los doctores residentes

Ni los gritos

Ni las lágrimas.

la muerte anda en caballitos de palo

Ufanándose de su superioridad cósmica

Y mordiéndole el talón al mañana.

¿ Cómo es posible que el sufrimiento

Sea un abrigo del tamaño del cielo,

Y que llueva pedazos en las calles?

Yo aquí no soy nadie,

Con la cartera vacía

Con mis manos atadas

Sin más voz que mi poesía

Con mis labios tristes, tristísimos….

No en vano pensé anoche,

Tirada en este pasillo nauseabundo,

Que la vida es un inmenso puente de fuego



Pequeño lienzo de amor en este mundo ocupado

( a mi último motivo sin la espera)

Junto a vos

Beberme el paisaje que pisabas

Era insuficiente.

Nada entre la lógica y el disparate

Entorpecía el mar

Que aguardaba por contemplarte

Tan ajeno y tan mío.

Pesaban más las sonrisas

Que las toneladas de culpabilidad sobre tu espalda

Nos inundábamos de locuras intempestivas

De besos,

Esos besos a través de los cuales

Brotábamos el alma

Por tu mundo absorto

Y mi paz carcomida…

Pero yo,

Invasora testaruda

Te desee eterno

Y Cupido interrumpió su caminata.

Primero iniciaron sus dolencias

Luego,

Advertí su desplomo.

Cupido entablillado

Cupido amnésico

Cupido agonizante…

¡ Como no entender para entonces

Que eras apenas,

Un pequeño lienzo de amor, en este mundo ocupado!

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